comenzando la aventura (Shoushagan no Jutsu (Muda de Piel))

Luego de un par de días con sus respectivas noches de haber dejado la enorme isla que representaba la tierra del rayo, me encontraba en una pequeña embarcación rumbo al país del fuego. Sentada en bikini sobre la proa, recibía un relajante baño de sol que me daría aquel bello bronceado que toda chica hermosa desea tener. Ya habría recibido bastante sol por en frente así que me di media vuelta quedando boca abajo para recibir sol de espaldas. El sueño me vencía mientras esperaba; quizás habían pasado unos 10 minutos cuando pude oír la voz del capitán de la nave dirigirse a mí.

-Jovencita- decía este – hemos llegado al punto máximo hasta dónde puedo traerla. El almirante preparo un bote para que siga su camino.

Al levantar la mirada hacia el horizonte note que a un par de cientos de metros se divisaba el continente donde se encontraría el país del fuego, entre otros territorios existentes en el mundo, siendo el primero donde me interesaba iniciar mi pequeña travesía. Aquel lugar desde donde podía verlo parecía ser una zona no poblada con extensos bosques. Quizás podría parecer algo cruel por parte de los marineros el hecho de que me dejasen en aquel sitio, mas podía comprender el punto del capitán, pues al ser una kunoichi proveniente de otras tierras, no sería bien visto para su embarcación que me trajese a su nación sin un permiso firmado por los respectivos entes.

Me puse mi pantalón, y puse mi blusa y armas a un lado del bote, junto a un pergamino que llevaba para entrenar un par de técnicas. Enseguida de haber subido los marineros bajaron el bote al agua y comencé a remar hacia las playas de aquel nuevo mundo ante mis ojos. Tenía en mente que al tocar tierra lo primero que haría sería aprender un nuevo jutsu antes de aventurarme a encontrarme con alguien por esos lugares.
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Finalmente me encontraba en algún lugar no poblado de la tierra del fuego, siendo este el momento de comenzar a entrenar. Me había pasado las últimas dos horas leyendo aquel viejo y sucio pergamino, pues el jutsu que tenía en mente era más bien de un nivel bastante complicado. Básicamente tenía una mente prodigiosa a la hora de estudiar y comprender cosas, sin embargo no ocurría igual elaborando estrategias o planes de ataque. Al finalizar la lectura me encontraba un tanto nerviosa pues no estaba completamente segura si lo que iba a hacer era correcto, pero estaba totalmente decidida a hacerlo. Tomando mi katana la empuñe fuertemente con ambas manos mientras la tomaba en posición que su filo quedase apuntando hacia mí y enseguida comencé a deslizarla al interior de mi vientre, para sacarla al instante y dejarla caer al piso.
El dolor que sentía era muy intenso haciéndome caer de rodillas junto a mi katana. La sangre salía de forma desmesurada, con lo cual se me hacía muy complicado concentrar chakra; al parecer las cosas podrían salírseme de las manos si no me daba prisa. En unos 30 segundos mi respiración comenzaba a hacerse profunda y aguda mi piel había perdido color y sudaba intensamente. Por más que lo intentaba la técnica no me salía. “No es posible” pensaba para mí. “No puede ser que baya a morir de este modo”. Ya estaba a punto de desfallecer, pero antes de que esto sucediera acumule en mi cuerpo una gran cantidad de chakra, esto combinado con mi dolor hizo que sintiese algo de nauseas, pero en vez de trasbocar mi cuerpo dejaría atrás su piel al salir por la boca, quedando sanada de la intensa herida. Al parecer al final de tanto esfuerzo y estar cerca de la muerte había conseguido aquel jutsu.

Había cumplido mi objetivo de aprender una nueva técnica antes de irme a aventurar en estos territorios, sin embargo lo mejor sería tomarme un descanso para recuperarme del todo y recuperar la gran cantidad de chakra que había usado antes de continuar mi camino.