Repertorio de Tareas

No alcanzo a entender claramente lo que sucedió, miro pronto a Tobi cuando este le habla y ya cuando estaba a punto de acabar su plato, y este diciendo que ella de alguna manera “castigaría” al sujeto que le había mirado de tal forma. La azabache alzo una ceja mientras se quedaba sin decir nada, trago el alimento que tenía en su boca con complicación y luego miro a los tres sujetos incluido el supervisor.
Era claramente una tomada de pelo, dejo salir un suspiro cuando Tobi y el otro sujeto empezaron a reír, bufo de forma incomoda y tras de eso en un murmuro simplemente explico una palabra un poco vulgar. ―Estúpido. ―Tobami no se llevaba bien con las bromas, era bastante amargada para la edad que tenia y aquella le había parecido de alguna manera, una falta de respeto.

La conversación entre los tres continuo y ella siguió almorzando como si nada, cuando el plato iba un poco más de la mitad, el supervisor le indica que tendrían que irse, ella le miro sin decir nada solamente asintiendo con la cabeza, volteo la mirada hacia la señora y esta se acerco, Tobami le dijo algo en voz baja y esta sonrió pronto trayendo desde el interior de la cocina un pequeño paquete que desprendía un poco de vapor. Ahora ya tenían navío para viajar, lo único que faltaba era volver a encontrar a Kenner quien seguramente no se habría perdido, la kunoichi pago su almuerzo y además pago el paquete que le habían dado, no tenía mucho dinero pero algo era algo y todavía le alcanzaba para una comida mas.
―Muchas gracias. ―Dijo la mujer respondiendo al pago. Tras terminar, la chica tomo el paquete y se puso campaña a seguir a Tobi y a los dos shinobis de la Cascada, camino aproximadamente diez minutos o menos hasta que llegaron al puerto, los sujetos indicaron cual era el barco que abordarían, una nave en metal y madera con la insignia de la Cascada gravada en varias partes de su estructura, una gran cantidad de marineros subían y bajaban cargando cosas y además la gente del lugar, creaban todos un barullo que penetraba los oídos de ella y la hacían ponerse de mal humor, el olor a mar era claro y rico acompañado del sonido de las aves y barcos del lugar, toda una escena de dibujo.

―Kenner-san. ―Apenas le distinguió con la mirada, se acerco a él y le entrego el paquete mientras miraba hacia un lado con la expresión de seriedad en el rostro, Tobami esperaba que el aceptara aquello que ella le había comprado, luego intento imitar una sonrisa «cual salió frustrada» y como noto que esta había salido mal simplemente se alejo de él volviendo a tomar aquella distancia otra vez. ―La próxima saca tus bichos de mi cuerpo, puedo denunciarte por acoso idiota.


Cuando quiso acordar, el navío había iniciado viaje rumbo a isla flotante más grande en todo el mundo, la isla que claramente era una tortuga a la cual solo los miembros de Kumogakure tenían oportunidad de aventurarse, los nervios en su estomago comenzaron a hacer efecto, después de todo esta sería su primera misión en equipo y al parecer no sería tan fácil como el Jounin decía.

No tenía idea de cuánto tiempo irían a pasar en el barco, cuando el supervisor se acerca a la jovencita y le toca la espalda esta le mira con una expresión de molestia, alza una ceja y luego baja el hombro rápidamente haciendo que este saque su mano de allí. A la azabache no le gustaba mucho el contacto físico, lo había aclarado antes según dije, la cuestión no era tan así, ella prefería no establecer amistad ni sentimientos hacia nada ni nadie, esas eran sus prioridades.

Luego de unos instantes, los tres se separaron en el barco, Tobami por su lado se quedo en la proa del navío mirando el mar y el viaje, aquel mar que nunca había logrado a ver por el hecho de que ella había estado muchísimo años en cautiverio. El viaje era perfecto, la brisa que chocaba en su rostro le hacia una sensación nueva para ella, respiraba aire puro y eso era lo más interesante, pronto el tiempo empezó a pasar y se había aburrido de tanto mar, se sentó en uno de los bordes del barco, con sus piernas colgando al aire y saco una libreta del bolso que cargaba en su espalda, en la libreta se encontraban escritas muchas cosas, era una libreta en la cual Tobami anotaba datos importante de cada cosa que ella aprendía relacionado con la medicina.

El sueño invadió sus pensamientos, Tobami apretó la libreta entre sus manos y empezó a sentir como los ojos se le iban cerrando, hacía varios días que no dormía y las ojeras empezaban a notarse, dio un último bostezo al fin antes de caer en un sueño total. Tal vez habrían pasado aproximadamente diez minutos desde que se había dormido, cuando escucha un ruido muy perturbador que la trae de nuevo desde el mundo de ilusiones al cual viajaba cuando dormía. Miro a su alrededor y no había nadie, parecía que los marineros de la nave estaban en otra zona del barco y no en donde ella estaba, estiro sus piernas con cuidado de no caer al agua y miro la libreta en sus manos.

―Uhm que mal, deje esto a la vista de cualquiera, me pregunto si abran visto… No creo –Ríe de forma sarcástica, dándose pensamientos positivos. Tras hablar consigo misma, la Hyuga termina por guardar nuevamente la libreta entre sus pertenencias, checa que todo en el bolso este en orden, cuenta los kunais y shurikens y hace una anotación extra al dorso de una de las hojas, por ultimo muerde la punta del lápiz que traía y se ríe maquiavélicamente, algo planeaba. ―Quien lo diría, tendría ideas en un sueño. ―Musito suavemente para luego cerrar el bolso y ponérselo de nuevo en su espalda, se cruzo de piernas mientras miraba al horizonte y sus flecos se movían delicadamente descubriendo unos ojos lila muy oscuros acompañados de un par de ojeras y una tez tan blanca que parecía la de un cadáver, el rostro de Tobami no decía nada, solo expresaba dolor y era aquel mismo dolor, el cual el mundo pronto conocería.

Fue tal vez en el momento menos esperado, un enorme molusco comenzó a subir por la proa del barco, donde justamente ella había estado tiempo antes escribiendo, Tobami pasaba caminando justo por la zona comiendo una brocheta Dango, dulce que el cocinero del barco le había dado. La kunoichi iba tan tranquila como de costumbre y fue cuando ve al enorme animal cara a cara, era la primera vez que había visto algo de tal tamaño, una sonrisa de oreja a oreja se dibujo en el rostro de la pelinegra y dejo caer lo que quedaba de su dulce al suelo dando un paso hacia delante con la idea de tocar a aquel enorme animal.
Ella nunca había visto algo de tal magnitud, nunca había presenciado un monstruo de aquel tipo y como no tenía miedo a la mayoría de las cosas del mundo ella solo quería tocarle, pero fue entonces cuando estaba a punto de tocarlo que en los ojos del animal vio la maldad total, Tobami volvió su mano hacia atrás lentamente y frunció el ceño como si fuera a enfrentarse a algo muy malo, sus labios secos eran rosados con la brisa del viento que pasaba por esa estancia y solo la luz de la luna, quien quería esconderse pronto, iluminaba aquella escena poco agradable para su persona.

Un grito desgarrador suena a otro extremo del navío y pronto varios ninjas empiezan a rodear la escena, la médica era la única más cerca del monstruo cual enseguida se distrajo de su pequeña presa ya que otros sujetos empezaron a atacarle. Cuando la azabache quiso reaccionar ante la situación, ya estaba más alejada del monstruo, pronto Tobi y Kenner habían llegado igual al encuentro, pero su reacción fue más lenta, escucho las palabras del enmascarado supervisor y enseguida tenia a Kenner detrás de ella agradeciéndole por el almuerzo, una especie de sonrojo apareció en el rostro de ella, quien reacciono enseguida ante las palabras de él y tras eso intento ocultar un poco aquella muestra de interés por debajo de sus flecos, sus ojos de estar totalmente negros pasaron a un color blanco, como si no tuviesen color, como si ella fuera una joven niña ciega, las venas pronto se marcaron en sus pómulos y aquella mirada la cual Tobami tanto odiaba apareció ahora para dejarle ver cosas que parecían imposibles de alcanzar con el ojo humano.


La pelinegra inicio con su primer movimiento, fue muy suave a decir verdad, solo se escabullo entre las tablas que empezaban a saltar por los aires, los tentáculos que fuertemente azotaban la parte alta de la nave, algunos tirantes provenientes del barco que caían y los ninjas atacando al villano que tenían frente ahora. Ella pudo ver varios shinobis caer, morían como si sus vidas no tuvieran sentido alguno, eran presa fácil de un enorme monstruo marino. Noto a algunos sujetos que viajaban en el barco heridos, por lo que ella los atendió rápidamente con sus habilidades como medica, hasta el punto que vio como nuevamente tenia frente a ella al enorme pulpo gigante de dos cabezas.
Tobami vio que había algunos civiles en la nave, eso le inspiro a sentir que tenía que protegerlos, con sus ojos bien avanzados ella observo claramente el cuerpo del enorme monstruo, para ser exactos miro bien la cabeza que el animal tenia, el además tenía una gran cantidad de chakra que se juntaba en esa cabeza cual veía, le intrigo ciertamente ¿Por qué un animal salvaje tendría chakra? No alcanzaba a entender, no todos los seres vivos llegaban a tal punto de conseguir controlar sus chakras, por eso no todas las personas podían ser ninjas y fue entonces cuando su campo visual detecta algo más allá del enorme pulpo.
La expresión de la chica cambio drásticamente, trago saliva y noto que detrás de ella ahora una pequeña niña de unos cuatro años, se había aferrado a sus ropas, la pequeña chiquita de cabellos negros muy cortos le recordó a ella, esa expresión de temor en su rostro solo hiso que Tobami tuviera una especie de ataque de ira cual controlo seriamente.

―Vuelve con tu madre. ―Afirmo la médica con seriedad, la chiquilla pronto se volvió asustada, empapada porque la nave ya tenía gran cantidad de agua adentro, Tobami le siguió hasta que la perdió de vista y se centro en el monstruo que tenía en frente, al parecer los demás estaban en la otra punta del barco y donde ella estaba solo podía ver shinobis caídos por doquier, un olor a mucosidad empezó a sentirse en el aire y ella puso a prueba una de sus técnicas como Líder del clan Hyuga, una técnica que tenía otra forma de ser utilizada pero que ella realizaría de manera diferente.
Empezó a correr en dirección del monstruo, con Kunai en mano y sus habilidades físicas mentales, cuando estuvo lo más cerca posible, la azabache dio un salto en el aire y reboto en varias partes del barco y cuerpo del monstruo para tomar más altura, su delgado cuerpo se balanceaba sobre el aire esquivando los golpes del monstruo, tenia aun el sabor a azúcar en su boca y sus labios un poco pegajosos por el dulce, se relamió los labios y sonrió como si lo que hiciera fuera un simple juego.

Aquello que haría, tal vez sonara a locura, pero cuando la azabache alcanzo el punto más alto y rodeada de tentáculos que querían atraparla, ella empezó a golpear la cabeza del monstruo, precisamente donde veía toda la concentración de chakra, de tal forma que empezó a hacer un agujero en la piel mocosa del monstruo, cuando el monstruo abrió su boca, la azabache entro dentro de la boca de este cortando dicha boca a la mitad, estaba vaneada en una mucosa muy asquerosa, pero cuando termino de hacer lo que hacia el flujo de chakra estaba detenido, su cuerpo pronto cayó al agua como una piedra sin dar rastro alguno.

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Tobami no reacciono a tiempo de nada, cuando su cuerpo cayó al agua ella tomo una gran bocanada de aire y se vio rodeada entre cabellos negros, la luz que iluminaba apenas un poco y a medida que esta se iba hundiendo se extinguía, le daba tiempo para evitar los pedazos de barco y trozos de monstruo que caían al agua, su cuerpo se limpio de aquella baba muy rápido, pero cuando quiso volver a nadar hacia arriba, para recuperar su aire enseguida, sintió como algo la empujaba sin tener que hacer ningún esfuerzo, miro a su alrededor y no había nada mas, miro sus manos y pudo notar como estas eran rodeadas de insectos cuyo significado, solo decía una cosa, Kenner no le había dejado caer tan fácilmente, la pálida frunció el ceño y arrugo los labios para luego relajarse con una sonrisa y soltar varias burbujas culpa de un suspiro.

Todo volvió a la normalidad cuando ella llego a la superficie, su cuerpo callo parado sobre lo que quedaba de la nave y miro a todos quienes ya estaban a salvo, al parecer su plan había funcionado de maravilla, pero fue entonces cuando escucho las palabras del Aburame dirigiéndose a Tobi, el supervisor.
―Si algo le ocurre a la Hyuga, por no revelarnos toda la información, te arrepentirás Tobi―
Ella abrió sus ojos notablemente al escuchar aquella frase, justo escurría su cabello sin prestar atención cuando el al decir eso hiso que ella llevara toda su atención ante él.

―Quieres decir que… ¿Esto no fue casualidad? ―Alzo una ceja intrigada mirando detrás de Tobi, puesto que ella estaba en la espalda de este, todo parecía muy confuso y ella por lo que parecía se estaba perdiendo de algo muy importante. ―Pude notar que algo mas allá del pulpo estaba oculto a la distancia, según supe eran cuerpos humanos ¿Qué está pasando Tobi-sama?
No podía ser posible, nada tenía sentido y todo lo que había pasado en el transcurso de una hora había sido terrible, shinobis de la Cascada muertos, una especie de emboscada con un monstruo gigante y ¿el supervisor mintiendo acerca de la verdadera misión? Aun el agua chorreaba de sus cabellos y cuando pudo divisar su bolso tirado a tres metros de ella, rápidamente se acerco a este tomándolo de manera brusca poniéndoselo nuevamente encima.

Como si fuera poco, todo lo que había creído hasta ahora era pura mentira, enojada se cruzo de brazos y cerro sus ojos intentando relajarse ¿arriesgar la vida por una asquerosa aldea? ¿Por una estúpida misión? ¿Qué mierda tenían en la cabeza? Cada vez el sistema que los de alto cargo tenían para con los ridículos shinobis esclavos era más enfermizo, la azabache tenía una idea que eliminaría toda frustración en el mundo, su mente cada vez creía mas en aquella idea y sentía que pronto todo iría a cambiar.

«Cada vez mas estupideces sus decisiones, asquerosos a cargo» La chica frunció el ceño de manera que expresaba mucha molestia por su parte, sentía la necesidad de huir, de crear un nuevo mundo, de dar por finalizado al sistema ninja que corrompía el mundo, su imaginación empezó a volver y cuando Tobi pregunto si aceptarían o no ella dudo, pero no por miedo sino por otras razones y sabia… que esas razones aun no podían hacerse realidad, todavía le faltaban unas cuantas cosas antes de ser un sueño eterno.

―Yo voy a seguir con el trabajo, no me importa mientras la paga sea mejor. ―Explica con suma tranquilidad, ahora su expresión había vuelto a aquella seria sin emociones, esa mirada apagada color negro, sus cabellos revueltos y la boca sin mueca alguna indicando su falta de interés por lo que llegara a pasarle, mientras hubiera una recompensa mayor. ―Después de todo, si no morimos ahogados hasta ahora, que pueden hacernos un par de salvajes. ―Tiro su cuello débilmente hacia un lado y con las manos en sus bolcillos dio media vuelta para luego saltar y subir a la parte más alta del navío.

Estando ya en la cima, la kunoichi se sentó a pensar relajadamente, a la espera de llegar al fin hasta la isla, miraba el horizonte sin luz, el brillo del agua que se movía con lentitud y el navío que arrasaba por esta con fuerza, el sonido de la brisa entraba en sus oídos y relajaba sus pensamientos haciendo así que estos fluyeran cada vez mas.
Al tiempo de perderse en sus pensamientos, pudo notar como a lo lejos la isla se hacía presente, se puso de pie en el lugar donde estaba sentada y miro con una total calma el lugar, se podía ver en la isla un poco de humor salir el cual indicaba al enemigo. Bajo rápidamente del lugar dirigiéndose a la proa del barco, estaba ya Kenner y Tobi listos, pero ella no dijo nada, solo se recargo contra un rincón oscuro y se mantuvo allí inmóvil hasta escuchar ordenes.

Cuando llegan a la costa todo parecía estar listo para atacarlos, los salvajes dieron su primer ataque, enormes lanzas filosas eran lanzadas hacia los tres de forma brutal, sin embargo ninguna de ellas alcanza a rosar la piel de la kunoichi quien se quedo sorprendida al ver los insectos de Kenner defenderle ¿Qué le pasaba a el? Ella se le quedo mirando por un instante y trago saliva intentando entender lo que sucedía, miro a Kenner quien era el que en realidad le llamaba la atención, su actitud, su indiferencia pero así mismo protección para con ella quien apenas conocía por el nombre.

―esto.. yo… ―Con falta de concentración ella no podía reaccionar, el grito de los enemigos al asecho ya estaba reproduciéndose y fue entonces cuando reacciono un poco tarde, aun estaba en la parte alta del navío, su expresión cambio drásticamente y de un salto bajo de donde estaba cayendo de pies firmes sobre el agua, su terreno.

Tobami activo su Byakugan para tener mejor campo visual de los atacantes, podía detectar a simple vista un mínimo de diez de estos, eran bastantes pero eran débiles así que no sería gran dificultad, se trono los dedos de la mano y luego giro el cuello haciendo sonar este.
Se abrió de piernas sobre el agua, tomando una posición de firmeza para no llegar a moverse por lo que haría, miro el frente y junto las palmas de sus manos para luego empezar a realizar sellos, bajaría a esos diez de un solo ataque, cuando sus sellos estuvieron listos, la azabache sonrió de lado y comenzó a correr sobre el agua evadiendo uno que otro ataque. Levantaba agua proveniente del mar y la diseñaba con movimientos hasta que esta tuviera la forma de un proyectil, hiso lo mismo diez veces bajando uno a uno a los salvajes que vio de antemano.

―Tobi-sama! Les atacare con Suiton y usted puede electrocutarlos. ―Aclaraba la kunoichi dándole una estrategia básica al Jounin que les acompañaba, ella no sabía las habilidades de Kenner por lo que aun no podía decirle nada, pero tras ver el ataque del Jounin dedujo que una buena táctica sería la de la electricidad, a la cual ciertamente los salvajes eran débiles por ser simples seres humanos.


Rápida con sus ojos blancos a flor de piel, la chica corrió hasta salir del agua, alzo sobre ella un muro de un alto de dos metros y este enseguida se disolvió recayendo una gran cantidad de agua sobre seis salvajes que estaban en la orilla, eran casi los últimos más cerca y seguramente aun habrían mas. Después de que el agua les cayera ella rápido tomo distancia y se tiro detrás de un árbol para escabucharse sin ser vista.

Después de su idea, al parecer Tobi la capto enseguida, cuando ella se concentraba en quedarse oculta detrás de un árbol y arbustos, puede escuchar la voz del supervisor indicando que tenían que saltar ¿saltar? ¿Cómo podía eso evitar algo tan fuerte como la electricidad? La kunoichi alzo la vista y vio unas lianas colgando de entre los árboles, rápidamente al ver como el chakra elemental de Tobi fluía por sus ríos internos, ella salto picando en el árbol para luego terminar agarrada de las lianas que la dejaban aproximadamente a dos metros de altura sobre la superficie firme.

―Pero así solo morirán. ―Dedujo ella en voz alta mientras observaba la escena desde lo alto, al parecer ese era el final de la misión, ya no había más objetivos para realizar y después de dicha estrategia los hambrientos caníbales solo se irían huyendo si es que aun quedaban algunos de pie. Pronto una enorme esfera de electricidad fue creándose, esta exploto de forma instantánea, los caníbales estaban empapados por la técnicas echa por la chica, una luz exploto cegándole la vista del Byakugan porque ella por reflejo cerro sus ojos, y solo pudo ver esa luz. ―Tsk…. Ehh…― El silencio después de la explosión era bastante normal, la chica que colgaba del árbol miro hacia abajo y se lanzo sin miedo, miro a su alrededor con el byakugan aun activo y no encontró nada, así que solo tenía que regresar a buscar a sus dos compañeros.

Cuando pudo divisar que ya no habían más cuerpos vivos, que el de Kenner y Tobi, ella volvió a la orilla y desactivo su Byakugan dejando salir un suspiro. ―Que fácil… ―Menciono con sarcasmo mientras se miraba así misma en el reflejo del agua.