otra noche en vela (Bjutsukan Ken: X Gaiden )

Altas horas de la noche estarían presentes y yo aun me encontraba sobre el tejado de mi casa mirando hacia el cielo. Podría ser que no pudiese dormir, tal vez, pero ese no era mi caso en ese preciso instante, pues en realidad más que de poder era de querer. Temía aquellas visiones nocturnas que noche tras noche me atormentaban, prefiriendo así evitar el sueño y dedicarme por aquellos instantes a alguna actividad que mantuviese despierta mi mente. Mis pies descalzos hacían tronar algunas tejas al poner mis talones sobre estas,, para enseguida fijar el resto de la planta, equilibrándome suavemente. Con los cordones atados uno a otro mis zapatos colgaban sobre mi cuello y aun sobre estos pasaba la hoja sin filo de una larga bokken que sostenía el peso de mis brazos asentados a lo largo de esta. En pocos minutos de caminar había llegado hasta una planicie no muy lejos de mi casa, aun en el interior de la aldea. La luz de la luna, interrumpida por el continuo ir de las nubes hacia el horizonte, mas no opacada por estas acariciaba con su penumbra a lo largo del terreno, permitiendo observar claramente por este. Pude ver a pocos metros de mí el viejo tronco de un árbol muerto; parecería el escenario perfecto para entrenar mi kenjutsu. Mis cejas inclinadas hacia el centro intentaban juntarse, forjando en mi rostro una mirada imponente, al tiempo en que mi mano derecha empuñaba la bokken junto a al guarda suavemente y la izquierda sostenía la misma desde la parte inferior, como quien toma la perilla de una puerta.

Mantuve mi posición durante un par de segundos mientras acumulaba chakra en mi cuerpo, hasta sentirme tan ligera como el viento, dejándome ir entonces contra el tronco en una forma muy rápida hasta quedar en dirección contraria de este, más el arma que sujetaba entre mis manos había caído atrás al no poder sostenerlas tras el primer impacto. En mis ojos se podía ver el quebradizo color de las lágrimas que no salen de los ojos a causa del orgullo, motivados por el dolor que sentían mis dedos lastimados. Rápidamente me hice nuevamente a la boken entre mis manos y tomando algo de distancia acumule energía en mi cuerpo disponiéndome a un segundo ataque. En esta ocasión pude precisar con más claridad mis movimientos evitando así el soltar el arma al momento de golpear mi objetivo, mas el poder de impacto de mi ataque apenas si había logrado levantar un par de astillas. Durante las extensas horas de la noche había seguido entrenando incesantemente con el fin de lograr aquella técnica. Los primeros rayos del sol alumbraban la aldea y sobre el suelo podían verse pequeñas manchas de sangre, la cual procedía de laceraciones en mis dedos que se aferraban fuertemente a la hoja de madera. Allí parada con mis piernas ligeramente flexionadas, concentraba lo último que me quedaba de las reservas de chakra en mi cuerpo. En un leve movimiento había desaparecido del frente del tronco reapareciendo pocos centímetros tras este, mientras en su vieja y rustica corteza quedaba marcada la forma de una cruz con el filo de la bokken…