Saliendo de Suna

Tobami le sobre paso en paso un poco, sin embargo le miraba desde el hombro y cuando se detiene puede ver como el al parecer muestra una actitud un poco complicada, los ojos de la azabache se abrieron notablemente sorprendida por tal acto, intento evitar la curiosidad y no voltearse pero le dolía que a él le estuviera pasandoo algo. «¿Está enfermo por eso oculta su rostro?» Sintió el latir de su corazón un poco acelerado, rápidamente llevo su mano hasta su pecho y la arrollo en el lugar, trago saliva y al ver como el cobrara la compostura y avanzaba a la par de ella disimulo rápido, ella era veloz para mentir y simplemente tuvo que bajar su brazo y soltar un poco el cuerpo dando a entender un estado común y corriente.

― ¿Sabes? Los de tu tipo me molestan ¿Qué crees que no sé hacer mi trabajo? Tsk… por favor Kenner. ―Un tanto molesta, Tobami sacudió un poco la cabeza y continuo caminando saliendo por las puertas de Suna, no hacía más de una hora que habían entrado en la aldea por lo que lógicamente los tipos de la seguridad no dijeron nada, ella paso caminando rápidamente por al lado de los guardias, con las mejillas rojas y el ceño fruncido, arrugando un poco sus labios lo que claramente indicaba una sensación de enojo en ella.
Cuando por fin estaba fuera de la aldea, a una distancia considerable de las puertas, caminando entre la arena, ella guardaba silencio, miraba hacia la nada pensativa pero aun enojada, no quería hablar con el.