Recuerdos envueltos en cristales de hielo

No supo en qué momento pasó, pero al darse cuenta, luego de que el joven Ryo colocara con suavidad su mano sobre el hombro de ésta, sus energías se drenaron por completo, sus piernas perdieron estabilidad a medida que el brillo de sus ojos desaparecía, cayó siendo sostenía por él y con el leve rastro de conciencia que le quedaba llevaba a su mente una sola pregunta: ¿Por qué? Escuchó unas palabras por parte de él, sin embargo solo llegaron a sus oídos como confusos murmullos inentendibles que poco a poco se hicieron más lejanos hasta perder la conciencia. Su cuerpo inconsciente fue cargado hasta llegar a la villa y una vez en ella, rápidamente los vigilantes se acercaron al Jounin con miradas interrogantes acerca de la identidad de la joven, éste sin dar muchas explicaciones mandó a pedir una camilla, solicitando que fuera llevada inmediatamente al hospital.

Fue trasladada con suma rapidez al edificio, sin perder el tiempo los médicos se encargaron de examinarla, sus heridas no eran muy graves, no pasaban de lo superficial y con simples técnicas de curación éstas fueron rápidamente atendidas, siendo lo único que sí llamaba enteramente la atención el enorme tatuaje impreso un su espalda, luego de una revisión casual uno de los encargados notó que había algo extraño proveniente de dichas marcas, mandó a llamar a un colega suyo perteneciente del clan Uzumaki y este le confirmó que se trataba de un Fuuinjutsu de alto nivel, explicaba que ese tipo de técnica no era muy utilizado por su clan debido a su alta peligrosidad que implicaba realizarlo, añadiendo además que había sido combinado con otro tipo de sello para acomplejar su funcionamiento, admitiendo no sería nada fácil lidiar con él.

Los inconvenientes aumentaron luego de que el ninja encargado de seguridad de la villa apareció en el hospital después de escuchar los rumores de la llegada de la chica, se acercó preguntando por la situación revelando que se trataba de la supuesta hija desaparecida de uno de los del clan Yuki.

-¿Qué deberíamos hacer? Cualquier cosa pudo haber sido sellada bajo ese jutsu sin mencionar que puede estar siendo manipulada por el enemigo...- Preguntó el médico encargado, cuestionando la confiabilidad de la chica ya que había permanecido más de 3 años sin aparecer.

El ninja enserió su mirada llevando a su mente a la reflexión -Llamemos al psicólogo del clan Yamanaka y ordenemos una búsqueda exhaustiva en su mente- Ordenó severamente -No permitiré infiltrados que comprometan la seguridad de la villa- Sentenció al final. La orden fue rápidamente puesta en marcha y el ninja apareció acercándose a la joven aún dormida tendida en una camilla, colocó su mano diestra sobre su frente dando inicio a su jutsu y su mente viajó con rapidez a su sub-consiente, observando con sorpresa el psiquis que poseía la mente de la chica.

Un hermoso manto blanco de nieve lo cubría todo su alrededor, éste se extendía hasta perderse el infinito observándose un hermoso bosque de pinos cubiertos de nieve mas allá en el horizonte, los copos caían con lentitud y a los costados se alzaban imponentes unos enormes cristales de hielo. Cada una de ellas reflejaba una secuencia mostrando los recuerdos que ella había podido recuperar luego de despertar, a medida que pasaba el tiempo, el frío aumentaba con lentitud y el viento comenzaba a soplar con más fuerza, el ninja quiso investigar un poco más, avanzando con rapidez a las siguientes rocas con la esperanza de observar algo más de su pasado, sin embargo, ninguno de ellos lograba reflejar nada más de lo previsto y se sintió confundido, apresuró su paso, el frío comenzaba a incomodarle a pesar de estar consciente que se trataba de una ilusión, pasando de una piedra a otra en busca de encontrar algo más, pero no lograba ver nada y el viento siguió soplando con más fuerza transformándose entonces en una fuerte tormenta.

El hombre corría agitadamente, se sentía debilitado y se rehusaba a marcharse sin antes tener algo más enseñar, su vista se nublaba comenzando a sentir los efectos de la hipotermia, tropezó con un pequeño cristal de hielo para terminar en el suelo, levantando su mirada con pesadez para mirar con sorpresa lo que se podría decir que era la fuente principal de su mente, frente a sus ojos, se alzaba un enorme cristal de hielo transparente que guardaba en su interior el cuerpo de la chica inconsciente y alrededor de éste se encontraba marcado el enorme tatuaje de dragón que poseía en su espalda. De manera increíble, el tatuaje comenzó a levantarse del cristal, cambiando con lentitud su forma hasta tomar la apariencia de un dragón de verdad, el cual, envuelto en el cristal emitió un rugido ensordecedor que sacudió toda el área expulsado con brusquedad al intruso.

El shinobi volvió al mundo real gracias a los otros ninjas que intervinieron en el momento justo, su cuerpo titiritaba con fuerza y su temperatura corporal había descendido drásticamente, su cabello se encontraban congelado sin mencionar de las marcas de nieve en su ropa, sentaron al sujeto en una silla mientras que rápidamente le entregaban varias mantas para cubrirlo, preguntándose preocupados sobre lo que él había visto. La conmoción se calmó luego de unas horas y para ese momento el Jounin encargado de la chica había hecho su aparición, el médico lo citó a una pequeña reunión donde le explicó todo lo acontecido, después de la increíble experiencia del ninja, éste había declarado que sus recuerdos se encontraban sellados por un poderoso jutsu, desconocían al creador y suponían que permanecería amnésica por un tiempo indefinido, pidiendo al final de la reunión que guardara el secreto de lo ocurrido a la chica, confiándole ese labor.

Por otra parte, Aeryn se encontraba ya despierta y recostada sobre la cama, su cuerpo se encontraba envuelto en leves vendas y sin mostrar expresión alguna su mirada se fijaba hacia la ventana estando inmersa en sus pensamientos.

Unas palabras interrumpieron sus pensamientos llevándola de golpe al mundo real, con suavidad volteó a su costado posando sus ojos sobre la presencia de Ryo, quien apoyado sobre la pared de la habitación parecía que llevaba unos minutos allí dentro. Lo observó por breves instantes sin mostrar expresión alguna para luego fruncir el ceño con suavidad a medida que marcaba en su rostro un ligero reproche, con la mirada le reclamaba por lo que había hecho anteriormente, pues se sentía un poco molesta con él por haberla dejado inconsciente sin su consentimiento. Suspiró un poco bajando su mirada, sabía bien por qué lo había hecho, era normal que encontrara sospechoso toparse con una completa extraña inconsciente cerca de las afueras de la aldea y que al despertar ésta le diera vagas respuestas sobre su identidad, entendía completamente su actuar era solo por precaución y por ello ahora mismo se sentía culpable por haberse molestado, llevó su mano a su frente con un rostro afligido, tenía su mente hecha un desastre, no lograba pensar con claridad y solo se repetía una y otra vez la misma pregunta.

-¿Y ahora… que debería hacer?- Pensó confundida, al no tener recuerdos se sentía desorientada, no sabía bien por donde comenzar y detestaba sentirse así de impotente, por lo menos creía estar segura de no haber sido tomada por una espía, pues de ser así, no estaría en cama recuperándose si no que residiría en una celda siendo rigurosamente interrogada. Analizó un poco la situación, lo único que tenia para apoyarse era el protector que había sido encontrado junto a ella luego de despertar, cruzándose al idea de averiguar un poco más de él con la esperanza obtener algo de información, con su mano aún cubriendo parte de su rostro miró de reojo a Ryo por unos segundos, actualmente él era el poseedor de dicho objeto y de alguna manera se había enterado de su amnesia, estaba consciente de que él tenía un poco de información sobre su pasado, sin embargo, se cuestionaba si poder confiar o no en él ya que estaba segura que le habían ordenado mantenerla vigilada.

Volvió a suspirar cerrando sus ojos, con suavidad corrió las sábanas sacando sus piernas de la cama, se inclinó para buscar sus zapatos y se los colocó para luego levantarse, todavía se sentía un poco agotada luego de despertar pero aún así prefirió ignorarlo, quería salir desesperadamente de ese hospital y comenzar su búsqueda.

Tras levantarse y oír sus disculpas negó con suavidad acomodando un poco sus cabellos -No tienes porqué disculparte, solo estabas cumpliendo con tu trabajo- Respondió con tranquilidad restándole importancia mientras que pasaba sus dedos por sus cabellos en una forma de peinarlo, luego de verificar que su atuendo y que el resto de sus cosas estuviesen en orden escuchó las palabras de Ryo que la invitaban a seguirlo a medida que salía de la habitación, dudó por unos segundos, todavía no estaba segura si poder confiar en él pero aún así decidió seguirlo, probablemente podría ser capaz de enseñarle algo que le ayudara a recordar.

Caminó detrás de él hasta llegar hacia la puerta pudiendo notar como varios funcionarios y otros ninjas se encontraban presentes en los alrededores, sus miradas fueron fijas y directas hacia su persona, le era fácil intuir que no confiaban en ella pero aún así no se dejó intimidar, su rostro se mantuvo indiferente y prefirió simplemente ignorarlo restándole importancia, su carácter era fuerte y decidido, lo que permitía afrontar todo tipo de situaciones sin ningún problema.

Logró salir del lugar sin mayor dificultad, suponía que era gracias a la presencia del joven Jounin quien marcaba autoridad sobre todos los presentes y mientras caminaban por las calles no podía evitar mirar todo con curiosidad y un poco de sorpresa, desde su punto de vista todo le parecía nuevo e interesante, sentía una gran curiosidad por revisar las cercanías y esperaba que tuviese la oportunidad de hacerlo pronto, sin embargo rió levemente para sus adentros tras hacerse esa idea, debido a su situación, dudaba completamente de la cantidad de libertad que tendría en el futuro a partir de ahora, sabía que no sería mucha, pero esperaba a que fuera la suficiente como para no sentirse encerrada.

Detuvo su andar cuando éste lo hizo, levantando su vista para fijarla sobre el edificio que Ryo le señalaba, observándolo por unos segundos para luego parpadear un tanto confundida al no entender a que se refería.

-¿Que ocurre con esta casa?- Preguntó con curiosidad ladeando levemente su cabeza.