Despertando el poder oculto

Tras pasar un día aburrido sin nada que hacer me decidí ir a entrenar... Últimamente quería estar solo, no entendía el porque, pero lo mas raro que sentía era algo de mi interior, como si algo quisiera explotar... Al llegar al campo de entrenamiento me puse a entrenar mi Agilidad con los kunai y shuriken, la mayoría acertaron pero hubo unas cuantas que no acertaron, golpee el suelo con toda mi fuerza.

-Maldita sea!-grité golpeando seguidamente el suelo- Que demonios me esta pasando!?-pensé alterado y poniéndome una mano en el rostro, se sentía raro- Bien! No me rendiré!-grité levantándome con ánimos, no permitiría que un par de fallos me desanimasen- Vayamos a practicar el Suiton-dije mientras hacía los sellos y creaba una bola de agua en mi boca- Suiton Teppoudama (Disparo de Agua)!-dije escupiendo la bola con fuerza contra el tronco de entrenamiento dándole en el blanco- Bien! Vayamos a probar algo avanzado-dije con una sonrisa vencedora, hice los sellos rápidamente- Suiton: Mizu Rabba (Elemento agua: Onda Turbulenta de Agua)!-dije creando dos bolas de agua de 2 litros y para luego juntar ambas en una esfera, el agua de la esfera salió disparada con gran fuerza contra otro poste de entrenamiento, me fije en el daño que había recibido el poste, pero era muy poco, eso me decepciono por completo-

Seguí practicando esa técnica para conseguir dañar el poste, aunque mi intención era derribarlo, seguí intentando todas las veces aunque había algunas que debía descansar para recuperar el chakra perdido, tras varios intentos conseguí tirar el poste con graves daños, el hecho de haberlo intentado muchas veces me enfurecía bastante.
Me puse a descansar, durante el descanso en mi mente sentía palpitaciones fuertes haciéndome marear y haciéndome la vista borrosa, mis ojos se sentían raros.

Seguía viendo borroso, a mis ojos les pasaba algo y me dolía mucho la cabeza, me levanté pero me tambalee, me puse de rodillas al suelo y me golpee la cabeza contra el suelo tapándome el rostro con una mano y gritando, que demonios estaba pasando? Algún poder oculto residía en mi interior que quería salir a lucir, levanté la mirada y pude ver a un chico a lo lejos del camino, era un niño pero por alguna razón podía ver sus movimientos, me levanté del suelo y me puse a observar las manos, había despertado un Doujutsu que llevaba en mi mucho tiempo.

-Me pregunto si mis padres saben de esto-pensé cerrando las manos y mirando como el niño se marchaba de aquel lugar- A que habrá venido?-susurré, carraspee un poco y choque mis manos- Estos ojos... Son un Doujutsu poderoso y se parecen mucho al sharingan del Clan Uchiha-susurré, me sentía extraño y feliz a la vez, había conseguido un poder único en la aldea, solté una risa y miré hacia los troncos de entrenamiento- Vayamos a probar este poder-susurré, quería probar este nuevo poder que había despertado tras varios años- Debo buscar una forma de probar este poder...-susurré mordiéndome el pulgar para pensar que podía hacer- Hiroto! Donde estas!?-gritaba una voz que se iba acercando cada vez más al campo de entrenamiento- Hermano?-pensé, esa voz era de su hermano y maestro Yuki- Hiroto! Que haces aquí tan tarde!?-gritó enfadado su hermano-Estaba entrenando, Yuki te importaría entrenar conmigo?-dije con mirada desafiante, si aceptaba el combate conmigo podría comprobar la habilidad del Doujutsu- Eh? Esta bien, pero sin jutsus...En posición!-dijo Yuki seguro y firme, se puso en posición de combate, solté una sonrisa y me puse en posición de combate-

Corrí en dirección a mi hermano, me paré frente a él para darle un puñetazo que esquivó fácilmente, observé como mis ojos podían ver sus movimientos, lancé una patada hacía la dirección que mi hermano se había movido, le di en el brazo, tras eso Yuki intentó golpearme con una patada pero la esquivé gracias al Doujutsu, este se parecía mucho al sharingan. Tras llevar varios minutos entrenando ambos nos cansamos y no podíamos mas, era increíble haber entrenado al nivel de mi hermano sin que él me diera un golpe, en ese combate había sido al revés de lo que solía ser, sonreí y caí al suelo exhausto quedándome dormido, al día siguiente seguiría entrenando el Doujutsu.

Al despertar en la mañana estaba en mi habitación, me levanté rápidamente de mi cama, me vestí y me dirigí hacía la sala principal, tras llegar allí pude escuchar a mi padre y a mi hermano hablar, pude escucharlos perfectamente, mi hermano Yuki le estaba explicando lo que sucedió ayer y parecía que mi padre sabía que era lo que pasaba, tragué saliva y me puse delante de la puerta dispuesto a abrirla.

-Padre, que es ese poder?-dije con un tono serio y entrando por la puerta mirándole fijamente, ambos me miraron sorprendidos- Ese poder es un Doujutsu del Clan Ranmaru-dijo mi padre seriamente, tragué saliva y me acerqué a mi hermano para después sentarme a su lado- Tu madre era hija de una de las 3 mujeres que fueron separadas, pero ella no obtuvo ni despertó el poder que tu tienes ahora-siguió explicando mi padre, me parecía extraño que no me hubieran dicho nada- Tu madre se casó conmigo, aunque eso lo sabes perfectamente, al tener a Yuki supimos que el no sería quien llevaría este Doujutsu y pensamos que tal vez ninguno de nuestra familia lo tendría pero... Nos equivocamos, esta claro, cuando tu naciste no sabíamos que tendrías ese Doujutsu pero con el tiempo nos dimos cuenta-concluyó mi padre- Eso es absurdo!-grité algo enfadado, me levanté y hice un gesto con la mano- Si ya lo sabíais porque no me lo dijisteis!?-grité de nuevo con rabia y mirando a mi padre- Papa no quería admitir que tu tendrías ese poder-susurró Yuki, el también lo sabía- Cierto, tu madre y yo pensamos que tal vez nunca despertarías ese poder-dijo mi padre tras irse levantando de su lugar-... Este poder es como el sharingan-susurré con la mirada baja- Así es, ese Doujutsu se llama Keirakukkei-dijo mi padre mirando a Yuki- Kei...Rakukkei?-dije mirando a mi padre con sorpresa- Ese poder te permitirá ver los movimientos del enemigo pero también te permite ocultar tu chakra del enemigo y los usuarios del sharingan y del byakugan no podrán verte-volvió a mencionar mi padre, este doujutsu era algo sorprendente, cerré las manos fuertemente, esto me lo habían ocultado durante mucho tiempo y me daba mucha rabia-

Cerré los ojos, miré hacia mi padre y mi hermano, gruñí un poco y me fui de aquel lugar, fui corriendo por toda la aldea en busca de un lugar tranquilo en el que pudiera reflexionar un poco, corrí por todo el pueblo hasta llegar al bosque, allí me limite a observar la aldea, en verdad me sentía enfadado y ofendido... Me apoyé contra un árbol y me quedé dormido en aquel lugar... Cuando me desperté ya estaba anocheciendo, sacudí mi cabeza y me levanté, me limpié las ropas y me fui hacía el campo de entrenamiento, necesitaba entrenar más para mejorar el Doujutsu.

Tras despertarme me dirigí hacia el campo de entrenamiento donde ya había entrenado muchas veces, por el camino todo era silencioso... Aun seguía pensativo respecto a lo que había pasado, sacudí la cabeza y miré hacía arriba, debía olvidar lo que había pasado y seguir hacia adelante, este poder era una parte de mi y no podía negarlo. Nada mas llegar al campo de entrenamiento me puse a golpear el palo de entrenamiento con los puños, por cada golpe mas daño recibía el tronco, pero a la vez también aumentaba el dolor en mis puños.

-Veo que estas golpeando al tronco con toda tu locura-dijo un voz cerca de mi posición- Tsk, no hace falta que te ocultes Yuki-dije todavía golpeando al tronco- Je, veo que eres un ninja con habilidades sensoriales-susurró Yuki apareciendo detrás de un árbol, dibuje una sonrisa en mi rostro- Sabes perfectamente que siempre he tenido esa habilidad-dije parando de golpear el trono, agarré aire y me voltee a mirar a mi hermano- Que es lo que quieres?-dije con un tono algo frío- ...Aunque tengas ese Doujutsu sigo siendo tu hermano y maestro, eh?-dijo mirándome serio, giré la cabeza mirándole con un solo ojo- No importa, veo que has mejorado con el Keirakukkei, quieres que te ayude a entrenar?-dijo mirándome a los ojos- Si, así es, he mejorado este Doujutsu-dije poniéndome las manos a la cintura- Ponte en posición hermano, porque te voy a demostrar de lo que soy capaz-dije colocándome para atacar, solté una sonrisa viendo como mi hermano también hacia lo mismo-

Ambos sonreímos y nos miramos, me agaché y me lancé al ataque con un puñetazo que Yuki esquivó fácilmente, ambos nos asestamos patadas y puñetazos pero ninguno de nosotros acertaba, aún pudiendo ver sus movimientos él se movía bastante rápido. Ya llevábamos dos horas sin acertar ni un solo golpe entre nosotros pero por cada golpe podía ver mejor los movimientos de Yuki y podía esquivar sus golpes mas rápidamente.

-Vayamos a usar ese jutsu de antes-pensé separándome un poco de mi hermano-Suiton: Mizu Rabba!-grité creando dos esferas de agua en mi mano para luego juntar ambas en una esfera- Vayamos a ver si esquivas esto-susurré haciendo la acción que se debe hacer para este jutsu, tras eso de la esfera se lanzó contra mi hermano, la bola impactó contra él creando una nube de humo alrededor- Se que has esquivado eso-pensé corriendo en dirección al humo- Allí estas!-grité lanzando un kunai hacia la nada en la que pude observar como el kunai se detenía- Hermano se donde estas-dije mirando hacia arriba donde él se encontraba, solté una pequeña risa y salté hacia él asestándole una patada en el brazo izquierdo- Increíble, tus ojos han mejorado muchísimo en poco tiempo-dijo mi hermano sorprendido, el humo se disipó y ambos nos miramos- Tu ganas-dijo con una sonrisa- Je, oye hermano, volvemos a casa? Tengo hambre-dije poniendo ambas manos en mi estomago en el que aquel momento sonó- ...Vale, vayamos a comer, pero no iremos a casa, yo invitare al Ichiraku-dijo volteándose y caminando de vuelta a la aldea- Yay! Ichiraku Ramen!-grité dando saltos ilusionado, mi hermano soltó una risa y se volteó para ir hacia el Ichiraku, yo me dirigí haca su lado con una sonrisa- Aún si tengo un hermano, se que hay otros dos más en el mundo con el mismo poder que yo-pensé mientras en mi rostro dibujaba una sonrisa un tanto sádica, tres madres separadas y 3 hijos con este poder-

Borré aquella sonrisa de mi rostro, no debía pensar en aquello, era una locura. No me importaba aquel poder, me gustaba estar acompañado, mientras ibamos en dirección hacia el Ichiraku le pregunté sobre la historia del Keirakukkei, era algo interesante y extraña a la vez, pese a que ya sabía lo de las madres.