Errar es de sabios.

Un día tranquilo en aquella aldea de Kirigakure no Sato. Gray se encontraba acostado en su habitación, estaba en su cama leyendo las revistas y viendo a la ventana, como siempre andaba solo, ¿su mejor amigo?, simplemente no tenía ningún amigo, era anti social no le gustaba andar con nadie, era sangre fría. Gray estaba muy aburrido en su hogar, pensó en ir a la torre del Mizukage a pedir una misión para él, ya que estaba muy aburrido, Gray estaba desnudo, tenía mucho calor, siempre se quitaba la ropa sin que él se diera cuenta, pero no le importaba. Gray se puso su ropa y salió de su hogar, ya era hora de comenzar con su trabajo como ninja de Kirigakure no Sato, apenas le habían dado el puesto de Gennin, ahora lo respetaban, no como antes que los ninjas no lo respetaban. Su hermano había muerto hace poco, siempre pensaba en la venganza, no podía dormir bien, siempre por el asunto de la venganza, esperaba derrotar rápido a aquellos ninjas de Kumogakure.

Gray tenía que cruzar un pequeño bosque para llegar a la oficina, o mejor dicho a la torre del Mizukage, estaba lleno de guardias la torre, lo tendrían que identificar para lograr dejarlo entrar a hablar con el Mizukage ya que estaba muy bien protegido. Al salir Gray observó los pájaros, observaba todo al rededor, estaba soleado aquel día, no muy caluroso pero lo odiaba, normalmente Gray odiaba todo el mundo pero que se hace. Gray se dirigió a aquel bosque para luego poder pasar a la torre del Mizukage, al estar ya en el bosque se escuchaban muchos animales rondando por aquellos lugares, no le importo, estaba un poco oscuro el bosque por aquellos grandes árboles que se encontraban en aquel lugar, habían algunas trampas para animales. Gray ya había cruzado aquel bosque, al cruzar había una pequeñas calles de Kirigakure, siguió un camino dónde se encontraría la torre del Mizukage.